Poema numero 86
Cuando llego a tu casa
me recibe la gata,
viene hacia mí, me ronronea,
se acurruca en mí,
me pide que la acaricie
con sus ojos de incienso,
se acomoda,
me llena de pelos blancos
que se alegran con el viento,
yo la acaricio
y le digo que la quiero;
me sigue pidiendo
una caricia,
yo se la doy
mientras tú sigues recostada
viendo el televisor,
la gata se levanta
y va hacia ti
te lleva un poco de mi amor:
ella sabe que te quiero.
alexuz